I Torneo por equipos de Disfunción Mágica

Saludos jabatos, hoy toca comentar mis impresiones sobre la participación en el I Torneo por equipos de Guardamar del Segura (Alicante), que jugamos varios jabalíes en las instalaciones del club Disfunción Mágica.

Antes de empezar con mi pequeño análisis sobre el torneo y demás, me gustaría recordar que este hobby tiene muchas variantes, todas importantes, todas combinables y todas diferentes, a grandes rasgos podríamos tener, por un lado el coleccionismo de miniaturas, la pintura de estas, incluidas las conversiones, tenemos la parte trasfondística, ya sea leer o bien crear nuestro propio trasfondo y por último, el propio juego; también existiría la construcción de escenografía, pero eso no suele estar incluido en un torneo.

Bueno, pues de todo esto, cada uno es libre de darle a cada apartado la importancia que quiera, y en un torneo, sus organizadores pueden valorar lo que prefieran. Dicho esto, empezaré con mi análisis por las cosas que menos me gustaron, y las compararé con mis anteriores experiencias en torneos fuera del club y sobre todo, en nuestro club.

Resulta que éste era mi primer torneo abiertamente competitivo. Esto era así, porque se premiaba a los 3 primeros equipos clasificados, usando como único criterio los resultados de las partidas. Además de los premios para estos tres equipos, se premió también al vencedor del duelo entre los dos últimos clasificados en la tercera ronda, así como, premio al ejército mejor pintados además de unos cuantos premios más aleatorios entre el resto de participantes que no hubieran recibido algún premio de los anteriores.

Pues visto esto, que los premios tengan, únicamente como criterio ganar partidas, implica que da igual lo bien que esté pintado tu ejército, pero no sólo eso, implica que no es necesario que esté pintado, ni siquiera imprimado, representado o incluso que alguna peana esté vacía… da igual. Lógicamente, esto no ayuda para nada en una buena inmersión en el juego.

Además de esto, también conlleva que, si tu objetivo final es ganar a toda costa, “retuerzas las reglas” para que estas sólo vayan a tu favor, quiero decir, que si tu contrincante se ha olvidado tirar un hechizo o mover una unidad en la fase anterior, no le permitas realizarlo a posteriori, que toda la partida estéis midiendo desde la base de movimiento, pero que en este movimiento que justo te conviene, decidas que eso no es así y que se mide desde la peana de la miniatura…, para mi gusto, salvo que ambos jugadores tengan claro que ese es el nivel, eso hace una partida muy aburrida y farragosa.

Todos los premios fueron vales de descuento para usar en GoblinTrader Alicante, que era el único colaborador del torneo. Muy buenos descuentos por cierto.

Otro punto que ayuda a la inmersión en la partida son las mesas de juego, en este club tenían todas las mesas con tapetes, todos variados y muy chulos, acortados respecto las medidas clásicas de 48”x72” (120×180 cm), pero perfectamente viables y legales según reglamento, además, estaban todas con los mismos marcos y tableros, lo que las hace ideales si tienes que jugar 2 mesas juntas, y todas las mesas tenían 5-6 elementos de escenografía bastante chulos.

El problema de esto, es la comparación con nuestro club, en el tenemos varios artistas para la escenografía, que hacen tableros texturizados y elementos de escenografía con la base para ese tapete, lo que te introduce más en la batalla.

Pero claro, es normal que en un torneo con 16 mesas, no dispongas de todas las opciones ni puedas montar todas las mesas igual de bonitas, así que por mi parte, no había ningún problema ni objeción, todo este tocho venía porque, escuché de varios jugadores que criticaban que la escenografía en 3D no era útil para jugar, porque no permitía mover bien las miniaturas y entorpecía el juego, que habría que jugar con escenografía 2D.

Bueno… cada uno tiene su opinión, pero la inmersión que te da que tus máquinas de guerra estén subidas en una colina, que tus exploradores estén en el interior de un bosque, que tus arqueros estén cubiertos detrás de un muro, no te lo da la escenografía 2D, no será tan práctica, vale, pero es infinitamente menos inmersiva y no luce tanto en una fotografía.

Sobre las miniaturas, cada uno decide si usa una marca u otra, si tiene miniaturas originales, clonadas o impresas, ese es otro debate que no viene ahora al caso, pero al menos, que las miniaturas que uses sean lo que representen, tampoco es necesario que lleven todos el armamento que has pagado, no nos alarmemos. Nadie protestará si estás empezando, aprendiendo o probando una unidad nueva y la representas con lo que no es, pero, mi opinión, si vas a un torneo, que menos que llevar lo que es, aunque sea para facilitar a tu rival la partida. 

Luego está el tema del pintado, desconozco el porcentaje de ejércitos pintados que fueron, éramos 16 equipos, 32 participantes, diría que únicamente 2 de los equipos tenían sus dos ejércitos completamente pintados, y no se si llegaría la 50% de los participantes con sus ejércitos pintados.

Es más, puede ser percepción mía, pero de estos últimos, la mayoría eran ejércitos completamente blancos; y aumento la apuesta diciendo que dentro de estos, pienso que serían ejércitos en los que han planteado la lista más dura que se les ocurría, han impreso las miniaturas necesarias y lista, ya tienen ejército hasta que se les ocurra otro más duro y tengan que imprimir nuevas miniaturas.

Junto con este tema, me volvió loco que vi a la hora de recoger los ejércitos, me dejó asombrado, uno de los jugadores guardaba sus miniaturas en una pequeña caja de herramientas, pero literalmente a puñados, sin bandejas imantadas, sin goma espuma, nada, ¡¡¡¡¡amontonadas!!!!!, por supuesto sin pintar.

Todo este cúmulo de circunstancias, hace que el tipo de jugador competitivo, prime miniaturas y ejércitos más potentes sin tener en cuenta la idiosincracia que pudiera tener ese ejército o facción (hubo comentarios de “nunca uso unidades con las reglas impetuoso o furia asesina porque no son controlables” o “9 era ya no gustaba porque en la última versión había dejado de ser Warhammer”, para gustos colores, pero creo que 9 era dejó de ser Warhammer hace muchas ediciones), que retuerce las reglas a su favor y que no tenga aprecio por sus miniaturas, porque son un simple medio para un fin, que es la victoria por cuantos más puntos mejor,  arrasando y sin importar la diversión del rival.

En definitiva, es hacer de Warhammer un simple juego de mesa, lo mismo te da jugar una partida de Warhammer, ajedrez, parchís o monopoly.

Como no todo va a ser malo, y prefiero acabar con buen sabor de boca, diré que había ejércitos muy bien pintados, pocos, eso sí, pero varios, uno de Bretonia con tonos morados, el de Altos Elfos de mi compañero o el que ganó el premio de mejor pintado que era del Caos, todos ellos estaban muy chulos.

El club estaba en un local, pese a estar en una zona apartada y con nada más a su alrededor, o precisamente por eso, tenía el propio local con 3 estancias, unas cuantas mesas, muchísimos juegos de mesa y demás manuales y accesorios para diferentes juegos y un segundo local con un comedor y una barra de bar enorme. Precisamente a nuestra llegada, nos recibieron a todos los participantes en este segundo local con bollería, cafés y zumos para el desayuno, y posteriormente prepararon una buena barbacoa para la hora de comer, así que en ese aspecto, un 10, hasta ahora, el mejor aspecto comparándolo con cualquier otro torneo en el que yo haya estado.

Sobre las partidas, partimos de que no soy un gran jugador, de que mi balance en warhammer en general y el viejo mundo en particular es paupérrimo, así que tampoco esperaba algo diferente a lo que ocurrió. Mi primera partida fue contra Altos Elfos, partida que comenzó reñida, pero no tardó en decantarse para mi rival, en parte porque soy mal jugador y en parte porque soy malísimo con los dados, derrota abultadisima en mi contra.

La segunda partida contra Enanos, con una lista bastante fea para mi gusto, en la que , esta vez si me sonrío la suerte y gané por poco. Y una tercera partida, contra Bretonia, con suerte desastrosa para mi, llegando a pedirme perdón varias veces mi rival porque le sabía mal que yo fallara todas mis tiradas y él las acertara todas, pero fue la mejor de las 3 porque era el que jugaba menos competitivo de todos.

Volviendo al tema de premios, en nuestros torneos/encuentros, así como en casi todos los que he ido, siempre ha habido multitud de patrocinadores, que además, siempre han estado dispuestos a colaborar, lo que hacía que todos los participantes se llevaran algo para su casa, ya fueran unas simples reglas, marcadores, dados, stls para impresión o incluso premios más gordos como cajas de pinturas, miniaturas o un hasta un maletín de transporte. Además de esto, todos los premios eran aleatorios, lo que evitaba la competición con el fin de ganar el posible mejor premio. 

En el global ha sido un torneo interesante, con muchas cosas para aprender, notas que tomar para futuros encuentros en nuestro club y al que, en principio, no tengo intención de volver, no por el ambiente en sí ni la organización, sino porque buscan un estilo de juego en el que no me siento cómodo.

En mi opinión, este no es un juego competitivo, porque es imposible de equilibrar todo lo que tiene, pero, si ambos jugadores están cómodos con este modo de juego, cada uno que juegue como quiera.

Así que yo soy partidario de que los premios es mejor entregarlos por sorteo, uniendo a la puntuación de las batallas puntos adicionales por el pintado del ejército, aportar un trasfondo o incluso ir disfrazado, añadidos para tocar más aristas diferentes. Y con todo eso, seguiría prefiriendo dejar los premios aleatorios.

Lo que si entregaría serían meros diplomas a Mejor General, Último clasificado, Mejor pintado…, pero siendo únicamente diplomas, sin más gratificación para dejar de lado la faceta más competitiva.

Bueno, pues estas son mis impresiones, espero que te hayan resultado interesantes, y sobre todo, me gustaría que me aportaras tu opinión en los cometarios sobre tus puntos de vista respecto al juego competitivo, a los premios, las puntuaciones y demás. 

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